Amnesia



   De viaje por Vanuatu, trepé las laderas del volcán Yasur. Allí vi una plantación de viñas abandonada, cuyos vástagos marchitos denunciaban el fracaso del agricultor en su intento por adaptar la vid al clima tropical de la isla. Un árbol, sin embargo, había prosperado a despecho de todo: su tronco esbelto imitaba un cuerpo de mujer, un cuerpo divino emergiendo de las raíces, cuyos brazos levantados ofrecían al viento racimos de uvas verdes. Yo me acerqué, entre las hojas distinguí un rostro agreste formado por grietas y claroscuros, de mirada hipnótica. Enlacé la cintura vegetal con una mano, y con la otra desprendí una uva. Mirando fijo el rostro la probé, y su gusto dulcísimo semejó un beso en mi boca. Repetí la sensación con otra uva, y otra más, y al instante quedé enamorado de la vid.

   Cuando bajé del volcán no recordaba quién era. Tenía unos dólares y un pasaporte, pero no reconocía el nombre allí escrito. Mi nacionalidad correspondía a un país remoto llamado Argentina. Nadie en la isla parecía saber nada de él. Me dirigí al puerto y busqué trabajo, dándome a entender en inglés. Al tiempo fui contratado por un mercader que envía café a Port Vila. Ahora soy marinero, y amarro una barcaza a los muelles de  Oceanía. De mi familia no sé nada, y no extraño mi patria. Ojos que no ven…
   Tal vez tengo mujer e hijos al otro lado del mundo; tal vez ellos sufren mi ausencia. Maewo, el timonel, piensa que debo volver a buscarlos. Pero yo no los recuerdo. ¿Y si mi vida pasada está llena de sufrimientos? ¿No es mejor haber olvidado?

   Por las tardes subo a veces las laderas del volcán. Mi novia arbórea me espera, impaciente. Yo la abrazo y pruebo sus frutos dulcísimos, donde bebo el olvido. No, Maewo, no iré a buscar recuerdos a ese país lejano, no quiero recuperar mi historia personal. Otros se reprochan las oportunidades perdidas, los caminos equivocados, las puertas cerradas. Yo no me reprocho nada. Mi conciencia es límpida como el cristal. Cuando el último rubor se apaga en el cielo, bajo la cuesta, borracho de amor y azúcares silvestres.


















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